lunes, 8 de septiembre de 2025

Por qué Despertares desafía a la verosimilitud, o el “verosímil fílmico”.

 

El “verosímil fílmico” es aquella licencia que el arte de ficción se permite y que no se corresponde con la realidad. Por ejemplo: los balazos suenan “bang” y los autos explotan cuando se les dispara. El público digiere muy bien estas cosas por ese mecanismo de interrumpir la incredulidad que propuso Coleridge. Paradójicamente, en la vida real existen singularidades y hasta historias completas que serían extremadamente inverosímiles en una novela, comics o película. Por tanto, no se pueden usar, o atenuamos, o cambiamos de género, o simplemente nos quedamos perplejos como idiotas sin saber qué hacer. Los creadores siempre estamos ante ese dilema cuando tenemos entre manos un diálogo, una historia u otro material genial e increíble. Casi siempre, terminamos descartándolo, a menos que, por fuera de nuestro testimonio, haya suficiente respaldo para la credibilidad.

La película estadounidense Despertares, dirigida por Penny Marshall y estrenada en 1990, es un claro ejemplo. Está basada en la Experiencia del neurólogo Oliver Sacks (interpretado por Robin Williams) y el descubrimiento de los efectos benéficos temporales de la L-dopa y su aplicación a pacientes catatónicos que sobrevivieron a la epidemia de encefalitis letárgica de principios de siglo pasado. En la memorable escena que da título a la película, luego de administrarle a los pacientes una buena dosis de la droga, decenas de ellos despiertan esa noche de su letargo de cuarenta años y se pasean maravillados por los pabellones aclamando un milagro. Nadie aprobaría un guion tan cutre si no hubiese ocurrido de verdad; al igual que la escena donde tres internos están petrificados en medio de una partida de cartas (como en esas ficciones donde alguien tiene un reloj que al pulsarlo detiene el tiempo) con sus vasos a medio llevar a la boca, su carta en alto a punto de apoyarla en la mesa, etc. y sólo basta que el médico pase junto a ellos y, con una palmada, reanude la acción con total naturalidad.

Quería escribir esta pequeña entrada de blog para saber si ustedes tienen alguna historia increíble que me quieran compartir en los comentarios. Una historia que, si fuera un cuento, una novela o una película, jamás podría ser viable por poco verosímil. También me gustaría saber cómo lidian -o lidiaron- con eso y si tienen otros ejemplos en el arte. Los leo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario