quiero comer en el techo
quiero gritarle cosas a la gente
quiero andar en cuero por un shopping
la noche es una señora con calmantes
deshace las camas y ensucia los vidrios
tira un colchón
y duerme con los perros
hay una organización de faroles
que ama literalmente a las nubes
de vez en cuando alguna casa
abre un ojo y lo cierra enceguecida
seres extraños
realizan partos a los mármoles
se oye cantar a un muerto
—una vez un niño se murió de alegría
sacándole jugo a unas piedras—
animales raros que quieren ser perseguidos
trepan árboles y ríen
deambula un temible señor viejo
que quiere enseñarnos
dulzuras espeluznantes
me detuve a ver los alumbramientos
el inconmensurable ejercicio de los climas
las luces tenues
parece el pueblo una cabeza que sueña
una almohada con perfume maduro
vida sabia lavándose las piernas
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